La comunicación no verbal

    En las comunicaciones verbales de tipo presencial se perciben dos tipos de mensajes simultáneamente: 

- Mensajes verbales, contenidos en las palabras pronunciadas. 
- Mensajes no verbales, a través del tono de voz, el énfasis, los gestos, las expresiones corporales, las postura, etc. 
    En una conversación la mayor parte de la información que recibimos nos llega a través del gesto, la expresión, el tono y el énfasis que las acompañan. 
    La comunicación no verbal se refiere tanto al modo de pronunciación, como los gestos, expresiones, movimientos y posturas corporales. 
Mensajes voluntarios y mensajes involuntarios 
    1. Mensajes voluntarios: Los emitimos deliberadamente en el transcurso de la comunicación. Además de las palabras que pronunciamos, hacemos ciertos gestos como: 
· Signos que por sí mismos representan una palabra o idea a la que sustituyen: el dedo índice sobre la boca indicando silencio, etc. 
· Gestos y signos realizados con las manos y los brazos mientras se habla y que recalcan el sentido de las palabras. Por ejemplo: estamos hablando sobre el tamaño de un objeto al tiempo que tratamos de indicarlo con un gesto de las manos. 
· Gestos y acciones que representan un papel importante como reguladores en el transcurso de una comunicación. Los encontramos al inicio o fin de una comunicación y en los cambios de turno e palabra. Ejemplos: el apretón de manos en el saludo y despedida, las inclinaciones de cabeza, los cambios de la mirada, etc. 
    2. Mensajes involuntarios: En general, corresponden a gestos que se emplean para eliminar tensiones o controlar sentimientos y estados de ánimo. Ejemplo: morderse las uñas, jugar con el bolígrafo, etc. 
    A través de ellos transmitimos ciertos mensajes como: confianza/desconfianza; tranquilidad, seguridad en nosotros mismos / intranquilidad, inseguridad, nerviosismo, etc. 
    Con frecuencia estos mensajes involuntarios contradicen y desmienten lo que estamos diciendo con palabras. 
Aspectos de la comunicación no verbal a los que debemos prestar atención 
    Muchos de los gestos pueden interpretarse de forma diferente dependiendo de la cultura en la que nos encontremos. Nos centraremos en la interpretación generalizada en el mundo occidental en el que nos encontramos. 
1. La mirada    
- Mirar a los ojos se interpreta como signo de franqueza y sinceridad 
- Cuando la conversación es prolongada, sostener la mirada de manera insistente puede resultar desafiante o interpretarse como impertinencia. Para evitar esta impresión, conviene hacer pequeños cortes y a continuación seguir mirando al interlocutor a los ojos. 
- Bajar la mirada se interpreta como un signo de modestia. 
- Los ojos muy abiertos se asocian con sentimientos de admiración o de asombro. 
- A menos que sea imprescindible por razones de salud, en el transcurso de una conversación no deben llevarse gafas oscuras. 
2. La expresión del rostro 
- Ajustaremos la expresión facial al asunto que se está tratando 
- Sonreír cuando no viene al caso, puede resultar tan negativo como estar permanentemente serio. 
- Hay que utilizar la sonrisa más adecuada a cada situación 
- Ciertos cambios en los ojos, la boca o las cejas pueden comunicar estados emocionales (asombro, admiración, enfado, etc.). 
3. Distancia física 
    Cada persona tiene su espacio vital propio, una distancia invisible alrededor de nosotros mismos que consideramos nuestra y que, salvo en ocasiones de intimidad con otra persona, no nos agrada que nadie traspase. 
- Es preciso guardar la distancia física respetando el espacio vital de cada persona. 
- El espacio vital varía dependiendo del grado de confianza que mantengamos con la otra persona. Será mayor en los desconocidos que con los amigos. 
4. Contacto físico 
    El apretón de manos es el gesto más extendido como saludo. A través de la presión que realizamos al estrechar la mano de otra persona y de la duración del contacto, lanzamos uno u otro mensaje. En general, se interpreta lo siguiente: 
- Presión acentuada, exceso de firmeza o apretón prolongado más allá de lo que se considera normal, puede entenderse como afán de dominio sobre la otra persona. 
- Estrechar la mano de manera desmayada, o un contacto demasiado corto puede interpretarse como falta de interés, timidez o inseguridad. 
En cuanto a la manera de ofrecer la mano, se considera lo siguiente: 
- Mostrar la mano con la palma hacia el techo se interpreta como sumisión 
- Mostrar la mano con la palma hacia el suelo puede indicar intención dominante 
- Un estilo intermedio entre ambos es ofrecer la mano en posición tal que la palma se dirija a la mano de la otra persona, y el pulgar hacia el techo. Es un estilo cooperante. Para consumar el apretón de manos, la otra persona tendrá que adoptar la misma posición y ninguno estará en posición dominante.
5. Postura y gestos 
- Si se permanece de pie mientras la otra persona está sentada, ésta se sentirá intimidada, ya que la estatura es una poderosa señal de dominio 
- Estando sentados, hay que evitar quedar hundidos o bien permanecer encogidos en la silla o sillón. 
- En cuanto al movimiento corporal hay que mantener un equilibrio. Tan malo es estar moviéndose continuamente como quedarse rígido. Ambas posturas pueden indicar nerviosismo o desconfianza. 
- Cruzar los brazos sobre el pecho se interpreta como señal defensiva; como una barrera o resistencia o desconfianza. 
- Especial atención debemos poner en esas manías o gestos rutinarios que denotan nerviosismo o inseguridad, como: 
o Morderse las uñas. 
o Pasarse la mano por el pelo. 
o Moverse en la silla de forma inquieta. 
o Mover las piernas en forma de péndulo. 
o Jugar con pequeños objetos, joyas o adornos. 
o Mirar el reloj constantemente. 
o Huir la mirada de la otra persona. 
o Los relacionados con el cabello (tirar, enrollarlo en los dedos, echarlo para atrás constantemente, etc.). 
o Golpear la mesa con los dedos. 
o Ponerse la mano delante de la boca al hablar. 
o Ajustarse constantemente la ropa, etc.