Los nutrientes presentes en los alimentos, pertenecen a categorías químicas y biológicas muy variadas. Con objeto de simplificar ésta diversidad, suele utilizarse una clasificación muy sencilla
que los incluye en tres grandes grupos.
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Principios inmediatos: son los glúcidos, lípidos y proteínas. El término deriva de su papel fundamental en el contexto del resto de sustancias nutritivas, así como la
inmediatez de su utilización a ingresar en el organismo.
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Oligoelementos: Son las vitaminas y las sales minerales, su nombre se debe a su menor cantidad dentro de los
alimentos.
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Agua: Tanto el agua inmediata que se bebe o está contenida en los líquidos ingeridos, como la presente en los
alimentos.
Los nutrientes contenidos en los alimentos, deben satisfacer una serie de necesidades dentro del organismo:
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Aporte de energía para el funcionamiento celular.
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Reposición de pérdidas producida por la actividad diaria.
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Suministro de sustancias para la formación y crecimiento de los tejidos.
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Regulación de múltiples procesos biológicos.
Dependiendo de que nutrientes predominen en los alimentos, se establece una clasificación funcional:
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Alimentos energéticos, ricos en glúcidos y lípidos.
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Alimentos plásticos, ricos en proteínas.
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Alimentos reguladores, que proporcionan fundamentalmente vitaminas, minerales y agua.
Otra clasificación habitual está dada según la cantidad de nutrientes presentes en los
alimentos:
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Macronutrientes: proteínas, hidratos de carbono y lípidos.
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Micronutrientes: vitaminas y sales minerales.
Una última clasificación, es la que los distingue en nutrientes esenciales, según que el organismo tenga que tomarlos del exterior o sea capaz de sintetizarlos.